¿El entrenamiento de sueño es compatible con la crianza respetuosa?

Por meses creí que el entrenamiento de sueño era antónimo de la crianza respetuosa, por lo que la sola idea de hacerlo, me llenaba de culpa y angustia.

Para mí, el entrenamiento de sueño era igual a dejar llorar a mi bebé, y el llanto era sinónimo de tortura y una mamá inhumana.

Durante mi certificación en Disciplina Positiva aprendí que el llanto es una forma de expresión imposible de evitarle a nuestros hijos, y que el problema no es que lloren, sino que lo hagan sin un acompañamiento respetuoso de parte de los adultos que los rodean.

Como todo en la maternidad, nada está mal hasta que para ti como mamá y/o bebé ya no está bien.

Para darte un ejemplo, por 11 meses fui el colchón y chupo de Valentín durante sus siestas.

Los dos disfrutamos inmensamente nuestros arrunches hasta que llegó el día en el que yo no podía seguir haciéndolo por miles de razones, y empecé a sentir que la inestabilidad de mi ausencia no era sana para él.

Me preguntaba si había llegado el día de enseñarle a dormir sin mí, ¿pero cómo lo iba a hacer?

Decidí darle la oportunidad al entrenamiento de sueño con Victoria, siendo muy clara con ella desde el principio, le dije que aunque era consciente que Valentín lloraría con o sin entrenamiento, pues dejar de dormir sin mamá sería un proceso de duelo para él, no estaba dispuesta a dejar que lo hiciera solo y sin una explicación ni alguien que lo acompañara.

¿Cómo supe que el método sugerido por ella se alineaba con nuestro tipo de crianza?

Era un método gradual en el que podíamos acompañar a Valentín el tiempo que él necesitara y no limitaba nuestro contacto físico con él.
El plan de sueño fue 100% personalizado a Valentín y nuestra familia.
Tuvimos acompañamiento casi que 24/7 de parte de Victoria.

¿Qué otros tips seguimos para lograr un proceso respetuoso y amoroso?

Le anticipamos todo lo que iba a pasar (antes, durante y después). No importa su edad, nuestros hijos entienden mucho más de lo que nosotros creemos.

Lo acompañamos siempre que lo necesitó y respondimos a sus necesidades con mucho amor y respeto.

El plan de sueño es una guía, pero no una Biblia. Tú eres la mamá. Tú conoces a tu bebé.

Uno de nuestros objetivos a los 14 días del plan era lograr que Valentín se quedara dormido completamente solo en su habitación.

Lo hemos logrado algunas veces, pero hay momentos en que él sigue necesitando de nuestra compañía para sentirse seguro y dormirse.

Como sus cuidadores, estamos para respetar sus tiempos también.
Cuidando de nosotros también.

El proceso tiene altibajos. Durante el entrenamiento, tu bebé deberá aprender a soltar algo a lo que ya estaba acostumbrado (teta, chupo, arrullo, brazos, etc), por lo que deberá vivir su duelo completo.

Como mamá, estarás para acompañarlo en sus emociones, para darle tranquilidad y explicarle por qué decidieron hacerlo. Serás su calma y para lograrlo, deberás estar tranquila.

Si no te sientes emocionalmente estable para ayudarlo, deja que otro lo haga.


Al final, el entrenamiento fue para toda nuestra familia.

Logramos los objetivos que nos propusimos con disciplina (nuestra más que de él), consistencia y mucha paciencia.

El entrenamiento no es una magia.

El sueño es evolutivo y por lo cual los cambios en las rutinas, nuevas habilidades (hitos de desarrollo), dentición, pueden interferir en el sueño de nuestro bebé, pero si uno está comprometido con los buenos hábitos de sueño se logran excelentes resultados.

MaJo Bautista Vargas
Certificada en Disciplina Positiva para Familias
Guía alimentación complementaria
@muymajomama

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